SAÚL
El período historia de Jesús y los Jueces duró por 356 años. Samuel, el último de los Jueces, trató de convencer al pueblo de Dios que no necesitaba un rey y que estaría mejor sin uno. Samuel les advirtió que un rey aumentaría los impuestos, y reclutaría sus hijos e hijos para sus propios propósitos egoistas. Las Escrituras dicen:
"Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a Samuel. Y dijeron: --¡No! Más bien, que haya rey sobre nosotros. Entonces nosotros seremos también como todas las naciones. Nuestro rey nos gobernará, saldrá al frente de nosotros y llevará a cabo nuestras batallas." (1 Samuel 8:19-20) "y Jehovah le dijo: --Escucha la voz del pueblo en todo lo que te diga, porque no es a ti a quien han desechado. Es a mí a quien han desechado, para que no reine sobre ellos." (1 Samuel 8:7)
La elección del Señor para ser rey fue un joben que se llamaba Saúl. El era alto y guapo, humilde, y modesto. Era de la tribú de Benjamín, que era una de las tribus, más pequeñas.
Una razón que la tribu de Benjamín era pequeña fue por su pecado. Muchos años antes, un grupo de hombres de la tribu de Benjamín, violaron y mataron a una mujer. Su tribu rehúso a castigar a esos hombres prversos, y las demás tribus de Israel emprenddieron guerra contrda la tribu de Benjamín. No solo que miles de la tribu de Benjamín. No solo que miles de la tribu de Benjamín fueron muertos, sino los demás israelitas rehusaron permitir que sus hijas se casaran con uno de esa tribu. La historia se en cuentra en el libro de Jueces, capítulos 20 y 21. Cuando Dios honró a Saúl, él humildemente respondió: "¿No soy yo de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel? ¿Y no es mi familia la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho semejante cosa?" (1 Samuel 9:21)
Así que Saúl llegó a ser el rey. Uno de sus primeras victorias militares fue aquella sobre los amonitas. Esos hombres perversos no solo querían esclaviscar a Israel, sino querían humillarlo totalmente. Como un símbolo de su reproche y sumisión, los israelitas tuvieran que sacar el ojo derecho. El Espíritu de Dios vino sobre Saúl, y él encabezó el ejército de Dios en una victoria grande.
No obstante, Saúl se olvidó de la obedencia y la alabanza a Dios y empezó a buscar su propia honra y gloria. Esta transición trágica en su vida simbolizaba por un monumento que él construyó después de su victoria sobre los Amalecitas. No era un monumento para honrar a Dios sino fue levantado para su propia honor. La Biblia lo describe en esta manera en 1 Samuel 15:12.
Antes de que Saúl llegara a ser el rey, Samuel puso una piedra entre Mizpa y Sen y le puso por nombre Eben-ezer. Esto significa "piedra de ayuda". Samuel sabía que el Señor les había ayudado, y sin Su ayuda no hubieran sido victoriosos.
Saúl había dejado de ser un hombre con un corazón piadoso.
Samuel informó a Saúl que Dios le había rechazado como rey, e iba a poner a otro rey sobre el trono de Israel. Esto sería un hombre que quería agradar a Dios.
El nuevo rey sería David. Saúl lo sabe esto, pero rehusó a aceptar la voluntad de Dios en su propia vida o en su nación. En vez de postrarse delante de Dios y aceptar a David como el nuevo rey, él trató de matar a David.
Finalmente Saúl se apartó tanto de Dios que se fue a una adivina para ayuda espiritual y dirección. ¡Personas piadosas nunca hara esto!
Por fin, Saúl fue vencido en una batalla y murió al caerse sobre su propia espada. (I Samuel 31:4) Es interesante notar que muchos quienes pasan toda su vida buscando su propia gloria al fin, se suicidan. No fue solo en caso de Saúl, sino Judas Iscariote, Adolfo Hitler y muchos otros hicieron lo mismo.
El problema del rey Saúl era su corazón. Esto es el problema con todos los hombres. Jesus dijo: "-Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque desde adentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la insensatez. Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre." (Marcos 7:20-23)
¡Su mayor problema está dentro de Ud.! No obstante, la Biblia contiene buenas nuevas para Ud. Jesús quiere entrar en su vida para darle un nuevo corazón. Pero no lo haría, si Ud. no lo invite.
Por favor, ¡Invítele a Jesús que venga a su corazón ahorita!