SALOMÓN

Había tres reyes de Reino Unido. Saúl era el primero. David el segundo, y Salomón era el tercero. Salomón era el décimo hijo de David, y el segundo hijo de Bethsabé. Su numbre proviene de la palabra hebrea "Shalóm" y significa "pacífico".

Salomón es famoso por varias razones. Primero, él era el hombre que Dios encargó a construir un templo. Durante muchos años el pueblo de Dios adoraban en el Tabernáculo. Esto era un lugar de adoración movible, hecho de pieles de animales. David había querido construir un templo hermoso para Dios que sería más permanente, pero el Señor no le permitiera hacerlo. David había sido un guerillo. Había derramado demasiada sangre. Dios dijo a David que algún día, tendría un hijo que se llamaría Salomón. Dios prometió a darle paz y tranquilidad y que estableciera su reino. También predicho que Salomón construyera una casa a Su nombre. (1 Crónicas 22:10) Aprenderemos más acerca del templo más adelante.

En el segundo lugar, Salomón era famoso por su sabiduría. Antes de que se construyera el templo, Salomón se fue a adorar a Dios en Gabaón. Mientras estaba allí, Dios le apareció en un sueño y preguntó qué quería. Salomón pidió un corazón sabio y compasivo para que juzgara al pueblo de Dios. Esto agradó al Señor ye Él dijo: "Dios dio a Salomón sabiduría, gran entendimiento y amplitud de corazón, como la arena que está a la orilla del mar. La sabiduría de Salomón sobrepasaba la de todos los orientales y toda la sabiduría de los egipcios. El fue el más sabio de todos los hombres: más que Eitán el ezrajita y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Majol. Su nombre llegó a ser conocido en todas la naciones de alrededor. Salomón compuso 3.000 proverbios y 1.005 poemas. También disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. Asimismo, disertó acerca de los cuadrúpedos, las aves, los reptiles y los peces. De todos los pueblos venían para escuchar la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría." (1 Reyes 4:29-34)

Un ejemplo famoso de la sabiduría de Salomón tdiene que ver con dos rameras que se proclamaban ser la madre del mismo bebé. Salomón dijo que debieran cortar el bebé en dos partes para que cada mujer tuviera una mitad. Una mujer consentió a esto, pero la otra gritó con angustía y rogó al rey que no matara al niño. Ella le dijo que diera el niño a la otra mujer. Salomón reconoció esta mujer como la madre verdadera y le entregó el niño.

Es importante recordar que aunque Salomón era muy sabio, aun no pudo resistir al diablo. Cientos de años antes de que tuvieron un rey, el Señor prohibió al rey israelitda que hiciera 3 cosas. Primero, que no debiera aumentar para sí caballos. Segundo, que no debiera tomar par sí muchas mujeres. Tercero, que no debiera amontonar en abundancia ni plata ni oro para si. (Deuteronomio 17:16-17) A pesar de la sabaiduría que Salom[on pose[ia, hizo las tres cosas que Dios había prohibido. No hay manera en que tengamos la victoria sobre Satanás sin la ayuda de Cristo y el Espíritu Santo.

Salomón era famoso también por su harén grande. Tenía 700 esposas, y 300 concubinas. Aunque Salomón tenía tantas esposas, la Biblia solo menciona un hijo. Su hijo, Roboam, nació un año antes de que Salomón llegara a ser el rey. Dios había prometido a David que sierpre tendría un hijo o un descendiente sentado en el trono de Israel. Salomón necesitaba por lo menos un hijo para que esa promesa se cumpliera. Es importante recordar que los hijos son regalos de Dios. (Salmos 127:1-5)

Muchas de las esposas de Salomón eran paganas. Su adoración de dioses falsos últimamente tuvo un efecto malo en Salomón. Las escrituras enseñan que "Y sucedió que cuando Salomón era ya anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses. Su corazón no fue íntegro para con Jehovah su Dios, como el corazón de su padre David." (1 Reyes 11:4)

El libro de Ecesiastés describe la búsqueda de Salomón por sentido en la vida. Experimentó con vino, mujeres, y toda clase de estilo de vida. Plantó jardines, y construyó casas magníficas, y acumuló plata y oro más que cualquier otro rey que había vivido en Jerusalén antes de él. Él encontró que todo esto era "vanidad de vanidades y aflicción de espíritu".

Los últimos versículos de Eclesiastés nos proveen la conclusión final de Salomón:

"La conclusión de todo el discurso oído es ésta: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, pues esto es el todo del hombre." (Eclesiastés 12:13)

Mientras Ud. piensa en Salomón, por favor tome el tiempo para contemplar su propia vida de Ud. mismo. Cuando Ud. muera, no será importante cuántos hectares de terreno posea, ni la cantidad de dinero que tenga. La única cosa que será importante cuando Ud. muera, es su relación con Dios.