ABRAHAM E ISAAC

Abraham fue justificado por fe. Dios le mostró las estrellas en el cielo. Y le prometió que él y Sara tendrían hijos tan numerosos como las estrellas. Abraham creyó a Dios, y le fue imputado a él como justicia.

Pero además, Dios dio mandatos a Abraham y esperaba que él los obedeciera. Recuérdese, por ejemplo, el pacto de la circuncisión. Dios mandó a Abraham que sea circuncidado, y también que él circuncidara a todos los hombres y muchachos de su familia. Abraham obedeció a Dios.

Nuestra historia hoy día tiene que ver con un sacrificio increible que Dios mandó que Abraham hiciera. Le dijo que llevara a Isaac, su hijo milagroso, a un lugar que se llamaba Moriah. Ahí, Abraham tuvo que ir a un monte especial y ofrecer a Isaac como una ofrenda holocausta.

Abraham obedició a Dios. Se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y emprendió el viaje. No vaciló. No discutió. Tomó dos siervos, su hijo Isaac, y leña para el holocausto. Abraham obedecía a Dios.

El tercer día llegaron a Moriah. Dios les mostró ese monte especial. Abraham dijo a sus siervos: "Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros".

El libro de Hebreos nos informe que Abraham pensó que Dios iba a levantar a Isaac de entre los muertos. (Hebreos 11:19)

Abraham puso la leña sobre Isaac, su hijo, y subieron al monte. Isaac dijo: "He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?"

Abraham dijo: "Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío".

Abraham edificó un altar, y compuso la leña sobre el altar, e entonces ató a su hijo. Isaac fue puesto sobre el altar para morir. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. En este mismo momento, un angel del Señor le llamó desde el cielo. "No extiendas to mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único".

Entonces, Abraham miró atrás, y vio un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos. Abraham tomó ese carnero y lo ofreció en holocausto ante el Señor.

El ángel de Jehovah llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: --He jurado por mí mismo, dice Jehovah, que porque has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré y en gran manera multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del mar. Tu descendencia poseerá las ciudades de sus enemigos. En tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz. (Génesis 22:15 - 18)

Permítame decirle algo de este monte especial en Moriah donde Abraham ofreció a su hijo, Isaac, sobre el altar. Muchas personas creen que este sitio era el mismo lugar donde Jesús muriera en una cruz casi dos mil años después. Jesús llevara una cruz hasta encima del monte en la misma manera como Isaac llevó la leña hasta encima del monte para sacrificarse a sí mismo. Con todo, no hubiera ningún cordero sacrificador para tomar el lugar de Jesús. Dios no eximió a Su Hijo unigénito.

Juan 3:16 ha sido llamado el texto de oro de la Biblia. El enseña:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

El foco de esta lección pues, es la obediencia. Las escrituras enseñan que la fe sin obras está muerta. Los demonios creen en Dios, pero no le obedecen.

Escuche otra vez estas palabras inspiradas de Santiago 2:21 - 24:

¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios. Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.

Si en verdad cree en Dios, ¿por qué no le obedece?