Lección tres
Cuando Jesús claramente reveló a sus discípulos que era necesario que fuese a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día, Pedro...comenzó a reconvenirle, diciendo: "Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca" (Mateo 16:21-22).
¿No es interesante esto? Pedró pensaba que sabía más del cristianismo que el propio Jesús e intentó "salvar" el reino evitando la cruz. En verdad es muy afortunado el mundo de que Pedro no haya tenido éxito. Pedro estaba pensando como humano y la estrategia humana frente a un contrincante superhombre es una táctica suicida. Nuestra única posibilidad de victoria sobre Satanás incluye la cruz.
Unos cuantos días más tarde, para que Pedro comprendiese, Jesús lo llevó al monte de la transfiguración. Acompañado ahí de Moisés y Elías, Jesús habló de su inminente muerte (Lucas 9:31). Una vez que Pedro comprendió que el Calvario era sumamente esencial en la estrategia total de Dios, su actitud en cuanto a la muerte de Jesús experimentó un cambio dramático. Llegó a entender que somos...
...rescatados de nuestra vana manera de vivir...no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos, por amor de vosotros (I Pedro 1:18-20).
De modo parecido, nuestras objeciones a la preeminencia del amor también pueden desaparecer al ser dilucidadas con la luz del eterno propósito de Dios. Sea que desaparezcan o no, es imperativo que nos abstengamos de cometer el fatal error de "corregir a Jesús". Cuando tratamos de vencer con el mal el mal (Romanos 12:21), hemos destruido nuestra oportunidad de salir victoriosos. Nuestra única esperanza está en Cristo quien venció con el bien el mal.
El amor es la estrategia eterna de Dios para vencer.
1. Dios no cambia.
"Porque yo Jehová no cambio..." (Malaquías 3:6).
"Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?" (Números 23:19).
"Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta" (I Samuel 15:29).
"Y: tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán" (Hebreos 1:10-12).
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Hebreos 13:8).
"toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17).
Nada es más obvio o consistente con el concepto cristiano sobre la deidad. Dios no titubea ni nos echa una sombra al volverse. El es el sostén eterno e inmutable mediante el cual tienen que gobernarse todas las variables de la creación. El es el mismo ayer, y hoy y por los siglos.
2. La estrategia de Dios no ha cambiado.
"Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe" (Romanos 16:25-26).
"Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (I Corintios 2:7).
"...y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor" (Efesios 3:9-11).
"...el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos" (Colosenses 1:26).
"...quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos" (II Timoteo 1:9).
"...en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos" (Tito 1:2).
"...sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros" (I Pedro 1:18-20).
Puesto que Dios no cambia...
y en vista de que la estrategia no ha cambiado...
él siempre ha querido lo mismo.
Jesús nos dice que lo que Dios quiere es que amemos.
El mandamiento de amar, originalmente no es neotestamentario. Es el mensaje que Dios ha abrazado desde el principio de la creación y estará muy en boga cuando la fe haya llegado a divisarse y la esperanza se extinga en la realidad.
Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas (I Juan 3: 11-12).
Las cosas creadas por Dios no sólo pueden pasar una inspección minuciosa, sino que en realidad se tornan más bellas y complicadas entre más meticulosamente se examinen. Por ejemplo, un copo de nieve es muy hermoso cuando se ve en el paisaje, pero lo es mucho más cuando se le amplifica mil veces. En cambio, las obras humanas se tornan más toscas y defectuosas cuando se examinan minuciosamente. Por ejemplo, una pintura que a distancia parezca intachable, revelará muchas líneas de los brochazos e imperfecciones humanas cuando se examina minuciosamente.
¡Dios es amor! Los que aman comparten la naturaleza misma de la deidad y entre más de cerca se examine el amor, se torna más hermoso. Cuando se pasa por el microscopio intelectual del inspirado Pablo, el amor es sufrido, benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, nunca deja de ser, nunca se acabará sino que permanece para siempre (I Corintios 13).
Estos son los ingredientes que Dios deseó ver en las vidas de Caín y Abel, Moisés y Josué, Pedro y Pablo y quiere verlos en la vida de usted y en la mía.
Este es el mensaje que habéis oído desde el principio...las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará; pero el amor nunca deja de ser...
1. ¿Qué le habría pasado al cristianismo si Jesús hubiese hecho caso a Pedro y hubiese evitado la cruz?
2. ¿Practicó Jesús lo que predicó acerca del amor?
3. ¿Significa amor nada de amonestaciones o castigo?
4. Enliste algunas formas en que usted sienta que ha cambiado Dios.
5. Haga una lista de algunas formas en que usted considere que han cambiado los planes de Dios.
6. Si el amor es la meta máxima, ¿por qué ordenó Dios muchas otras cosas?
7. I Corintios 13 enumera muchos atributos del amor. Elija tres y diga cómo revolucionarían a su iglesia si se pusiesen en práctica.