DAVID

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham (Mateo 1:1).

Al empezar a leer el Nuevo Testamento, inmediatamente se nos informa que Jesucristo era hijo de David. Aunque otras referencias genealógicas se consideren necesarias o apropiadas, no es tolerable que olvidemos que Jesús fue hijo de David. Aun la referencia a Abraham es considerada en segundo término.

Cuando se transmitieron palabras del cielo a los inmediatamente implicados en el nacimiento de Jesús, constantemente se menciona a David:

* El ángel que apareció a José lo llamó -José, hijo de David (Mateo 1:20).

* Gabriel informó a María que el niño en su vientre heredaría el trono de su padre David (Lucas 1:32).

* Cuando la lengua de Zacarías fue suelta, el Espíritu Santo lo inspiró para que bendijera a Dios porque: ...nos levantó un poderoso salvador en la casa de David su siervo (Lucas 1:69).

* Cuando el ángel les informó a los pastores del natalicio, dijo: ...os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es CRISTO el Señor (Lucas 2:11).

Lo cierto es que estas referencias a David no son una mera casualidad en las Santas Escrituras. Obviamente, Dios estaba tratando de comunicar algo que él consideraba significativo e igualmente importante. Jesús tuvo muchísimos ancestros. La genealogía registrada en Lucas 3 traza claramente el linaje de Jesús hasta Adán y finalmente hasta Dios. Todos estos ancestros fueron un esencial punto de unión para su encarnación, pero las referencias a David tienen especial importancia.

Los evangelios abundan en referencias respecto a Jesús como el Hijo de David (Mateo 9:27; 20:30; Marcos 10:47; Lucas 18:38; etc.). Hasta la mujer cananea que imploraba misericordia, lo llamó: ¡Señor, Hijo de David! (Mateo 15:22). Su entrada triunfal a Jerusalén reunió alrededor de él una frenética multitud que cortaban ramas de los árboles y las tendían junto con sus mantos a su paso. Gritaban: ¡Hosanna al hijo de David! Hasta los muchachos del templo se aprendieron el estribillo y le hicieron eco como el inevitable y repetitivo hecho de que Jesús era el Hijo de David (Mateo 21:15).

LA PRIMERA MENCION DE DAVID EN LA BIBLIA

La primera mención de David en la Biblia se encuentra en el libro de Rut. El libro obviamente se escribió después que David nació, pero cubre un período histórico de varios siglos desde cuando Israel fue gobernado por jueces (Rut 1:1).

Los últimos versículos del libro de Rut nos dan parte de la genealogía de David. Es sumamente interesante que el registro principia con Fares (Rut 4:18).

Fares, como usted recordará, fue concebido en circunstancias inusuales y nació en medio de mucha controversia.

Tamar, su madre, había perdido a Er y Onán, sus dos esposos. Judá, su suegro, le había prometido a Sela, su tercer hijo, cuando éste tuviese la edad para casarse.

Judá, sin embargo, no cumplió su promesa. De manera que Tamar se vistió como prostituta para seducir a Judá. Al alumbrar gemelos, uno de ellos sacó su mano. La partera le ató un hilo de grana en su mano y dijo: Este salió primero (Génesis 38:28). La definición legal de primogenitura implicaba al primero que abría la matriz. Pero sucedió que el niño amarrado con el hilo se regresó y nació primero su hermano. Lo llamaron Fares que significa brecha. Al niño con el hilo escarlata se le llamó Zara que significa amanecer.

La genealogía de Judá a David no se tomó en cuenta a través de Zara quien legalmente fue el primogénito, sino a través de Fares. Este registro genealógico se encuentra en el libro de Rut, quien era de Moab y fue convertida al judaísmo. Se necesita recordar que esta genealogía no es sólo de Judá y David, sino también de Cristo.

Así que, la primera vez que encontramos el nombre de David en las páginas de la Biblia está relacionado con individuos y eventos que pasman nuestra forma de pensar y nos llevan a reflexionar sobre la maravillosa forma en que trabaja Dios. Definitivamente tenemos un Dios que no está atado a leyes o sistemas legales.

¿QUE HIZO DAVID?

Una vez, cuando Jesús y sus discípulos caminaban por el campo un día de reposo, estos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Cuando los fariseos los criticaron por hacer lo que no era lícito, Jesús les respondió,

¿No habéis leído lo que hizo David (Mateo 12:3)?

El incidente ante nosotros es tan importante que se le repite tres veces en los evangelios (Mateo 12:1-4; Marcos 2:23-28; Lucas 6:1-5). En cada ocasión Jesús afirmó específicamente que David hizo algo que no le era lícito hacer.

Una consideración más minuciosa acerca de este delito revela que David entró a la casa de Dios y comió el pan de la proposición que no le era lícito comer, como tampoco a los que lo acompañaban, sino sólo a los sacerdotes. Aun así, extraordinariamente, David no fue condenado...incluso cuando hizo lo que no era lícito hacer.

Jesús le pidió a sus contemporáneos a que considerasen esta historia. Esperaba que examinasen lo que David había hecho y que adquiriesen entendimiento y discernimiento sobre lo que el propio Señor estaba haciendo.

A la luz de estas preguntas con las cuales los estaba probando Jesús, quizá nos sería apropiado considerar más detenidamente lo que David hizo. A todo lo que Dios hace, entre más minucioso se examine, más hermoso se torna. Un copo de nieve, por ejemplo, es hermoso cuando se le ve en las cumbres o en un árbol cubierto de escarcha; pero se vuelve todavía más hermoso cuando se le observa mucho más de cerca amplificándolo mil veces. En cambio, lo que el hombre hace, entre más minuciosamente se le examine, más feo y repugnante es. El cuadro que se ve hermoso de lejos, cuando se examina con una lupa pierde mucho de su belleza. Entre más rigurosamente examinemos a David más repugnante se hace.

I SAMUEL 20

Empecemos nuestra historia con I Samuel 20. Ahora David sospechaba y temía la ira del rey Saúl. El consultó con Jonatán, hijo de Saúl, para planear una estrategia de supervivencia. Acordaron cierta señal si David podía permanecer y otra si debía huir. No hubo seguridad. Saúl hasta le arrojó una lanza a su hijo Jonatán. En consecuencia, David salió de su escondite y huyó.

I SAMUEL 21

Al huir David llegó a Nob y habló con el sacerdote Ahimelec. Este se sorprendió y tuvo miedo de que David venía solo.

A estas alturas es difícil creer lo que leeremos a continuación, porque David, un varón conforme al corazón de Dios, dijo una terrible mentira. Una mentira que no sólo le costaría la vida a Ahimelec, sino que también destruiría muchas vidas más. Ello resultó en la muerte de 85 sacerdotes así como también de todos los hombres, mujeres, y niños y hasta los de pecho que habitaban en Nob (vea I Samuel 22:18-19). Ya que usted como lector ocupado, puede que no se dé tiempo para verificar esta Escritura, he aquí la reproducción para su conveniencia.

Entonces dijo el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg el edomita y acometió a los sacerdotes, y mató en aquel día a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino. Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada; así a hombres como a mujeres, niños hasta los de pecho, bueyes, asnos y ovejas, todo lo hirió a filo de espada.

Más tarde le confesó David a Abiatar: Yo he ocasionado la muerte a todas las personas de la casa de tu padre (I Samuel 22:22).

David le había dicho a Ahimelec,

El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar (I Samuel 21:2).

Esto, sin embargo, no era cierto. David no estaba en algún asunto importante para el rey; de hecho, si Saúl hubiese sabido donde se encontraba David lo habría matado.

Si Ahimelec tan solamente hubiese sabido la verdad, tal vez no hubiese estado tan dispuesto a darle el pan sagrado y la espada de Goliat, y él y sus colegas no habrían sido condenados por lo que Saúl consideró un acto de alta traición.

Sea como fuere, se nos deja para extrañarnos de lo que David hizo. Nadab y Abiú murieron por ofrecer fuego extraño (Levítico 10:1). Los hombres de Bet-semes murieron porque habían mirado dentro del arca de Jehová (I Samuel 6:19). Uza murió por sostener el arca (II Samuel 6:6-7). Dios rechazó a Saúl como rey por asumir funciones sacerdotales (I Samuel 13:6-13). El rey Uzías fue castigado con lepra por usurpar también funciones sacerdotales (II Crónicas 26:16-21; II Reyes 15:1-7)...pero David hizo lo que no le era lícito hacer...y por alguna razón...de algún modo u otro...no fue condenado.

¡OTRAS COSAS QUE DAVID HIZO!

Este incidente con Ahimelec es sólo la puntita del `iceberg', es decir, otro detallito. David hizo muchas otras cosas que hacen desatinar la mente de los estudiantes de la Biblia. Por ejemplo, tómese su asociación con Aquis, el rey de Gat. Inicialmente David pudo sobrevivir en Gat porque se fingió loco:

Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba...(I Samuel 21:13).

Después, no obstante, David fue más atrevido y agresivo. Aquis le dio la ciudad de Siclag (I Samuel 27:6) y David usó esta ciudad como base de su tropa para atacar a los enemigos de Israel.

Y subía David con sus hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas;...Y asolaba David el país, y no dejaba con vida hombre ni mujer; y se llevaba las ovejas, las vacas, los asnos, los camellos y las ropas, y regresaba a Aquis (I Samuel 27:8-9).

Cuando Aquis le preguntaba lo que había estado haciendo, David le mentía. El decía haber peleado En el Neguev de Judá, en el Neguev de Jerameel, o en el Neguev de los ceneos (I Samuel 27:8-11). Y ya que David había dado muerte a todos los testigos, no había nadie que informase a Aquis de lo que en realidad pasaba.

Esto hizo David. Y esta fue su costumbre todo el tiempo que moró en la tierra de los filisteos (I Samuel 27:11).

Aquis creía que David se había hecho abominable a Israel, pero en realidad se le había estado uniendo (vea I Crónicas 12:1-17) y envió despojos que había rescatado de los enemigos de Dios a sus amigos en Judá (I Samuel 30:26-31).

Cuando ya se habían hecho todos los preparativos para la última batalla de Saúl, David se unió a los filisteos para pelear contra Saúl. Los príncipes filisteos dudaron que fuese sabio confiar en David. Ellos dijeron,

¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles? (I Samuel 29:5).

Aquis había sido engañado totalmente. Nótese su defensa en cuanto a David.

¿No es éste David...que ha estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy? (I Samuel 29:3).

Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy...(I Samuel 29:6).

Y Aquis respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel de Dios...(I Samuel 29:9).

En cuanto a Aquis, afortunadamente triunfaron los príncipes de los filisteos, y no se le permitió a David unir sus fuerzas en la batalla contra Israel. Tenemos razones para creer que David nunca le habría puesto mano a Saúl y si a sus hombres se les hubiese permitido infiltrarse en el ejército filisteo el resultado de la batalla hubiese sido totalmente distinto (vea II Samuel 1:2-16).

DAVID Y LOS MOABITAS

Sabemos que David tenía raíces ancestrales en Moab porque era descendiente de Rut. Algunos han especulado que la mamá de David pudo haber sido moabita porque mientras huía de Saúl dejó a sus padres en Moab para que se protegiesen (I Samuel 22:3-4).

Después, sin embargo, David derrotó a Moab y les dio muerte en forma poco usual. Los hizo tender por tierra y los midió con cordel. Mató a todos los de la primera y segunda filas, pero les preservó la vida a los de la tercera fila (II Samuel 8:2). Fueron así los moabitas siervos de David y pagaron tributo.

DAVID Y LOS AMONITAS

Cuando David conquistó a Amón los torturó muy severamente.

Sacó además a la gente que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón...(II Samuel 12:31).

Keil y Delitzsch, al comentar sobre este pasaje, dicen,

En cuanto a las circunstancias en sí, las crueldades infligidas a los prisioneros no deben aminorarse por la arbitraria perversión de las palabras, como Daaz y otros lo plantean, a una simple condena a trabajos forzados tales como aserrar madera, quemar ladrillos, etc.

Al vertirlo del hebreo, insisten que él los hizo pedazos (aserró) e insisten en que el significado no puede determinarse en forma más exacta.

LA VALORACION QUE DIOS HACE DE DAVID

Cuando Samuel vino a ungir a uno de los hijos de Isaí para ser el siguiente rey, explícitamente se nos informa:

...Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón (I Samuel 16:7).

La idea de que David podía ser el próximo rey no entró seriamente en la mente de su familia, e incluso después de haber sido ungido en medio de sus hermanos, Eliab, el primogénito, lo consideró víctima de un corazón soberbio y malicioso (I Samuel 17:28; 16:13).

Pero Dios no mira las cosas como las mira el hombre. Nosotros miramos sólo lo externo...Dios mira el corazón (I Samuel 16:7).

Años después de la muerte de David el inspirado autor de I y II de Reyes escribiría,

...David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo (I Reyes 15:5).

Aunque sus hazañas de guerra le impidieron el privilegio de construir el templo, se le recuerda en la historia sagrada como un hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras (Salmo 32; Romanos 4:6-8).

Además, nos provee de profundas consideraciones mientras buscamos entender la naturaleza de Dios y su maravillosa gracia.

De veras que Dios está tratando de enseñarnos algo.

Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más (Mateo 22:41-46).

Quizá tampoco para nosotros sea el momento de estar haciéndonos preguntas. Puede ser que necesitamos meditar sobre David al referirse a la ley y la gracia y nuestra propia necesidad de fe.

Sin fe es imposible agradar a Dios...y la ley fue nuestro ayo para traernos a Cristo para que pudiésemos ser justificados por la fe.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1. ¿Por qué cree usted que se le haya llamado a Jesús Hijo de David antes de llamársele Hijo de Abraham en Mateo 1:1?

2. ¿Cómo es posible que Fares sea parte de la línea mesiánica cuando que su hermano gemelo venía primero (Génesis 38:28)?

3. Cuando Samuel llegó a Belén a ungir un rey, ¿por qué cree usted que no se encontraba David entre los candidatos sino que andaba en el campo con las ovejas (I Samuel 16:11)?

4. A su juicio, ¿cuál de los pecados de David fue el peor?

5. ¿Cómo es posible que David sea un varón conforme al corazón de Dios siendo que cometió tantos yerros?

6. ¿Por qué no fue conocido el rey Saúl como un varón conforme al corazón de Dios (I Samuel 13)?

7. ¿Cómo es que fue capaz David de hacer lo que no le era lícito, y no condenársele (Mateo 12:1-4)?

8. Explique I Reyes 15:5 -por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo.

9. Explique: ...porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón (I Samuel 16:7).

10. ¿Qué es más importante para Dios, lo que la persona hace con el cuerpo o lo que tiene en su corazón?