LA NATURALEZA DE DIOS

Dios no solo sabe su nombre de Ud. y donde Ud. vive, sino aún El tiene contados los cabellos de su cabeza. (Mateo 10:30) Favor considerar estas palabras inspiradas:

Psalm 139:1-18: "Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto; desde lejos entiendes mi pensamiento. Mi caminar y mi acostarme has considerado; todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh Jehovah, ya la sabes toda. Detrás y delante me rodeas y sobre mí pones tu mano. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás tú; si en el Seol hago mi cama, allí tú estás. Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si digo: "Ciertamente, las tinieblas me encubrirán, y se hará noche la luz que me rodea", aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; me entretejiste en el vientre de mi madre. Te doy gracias, porque has hecho maravillas. Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No fueron encubiertos de ti mis huesos, a pesar de que fui hecho en lo oculto y entretejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de ello. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumerara, serían más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo."

Romanos 11:33 "¡Oh la profundidad de las riquezas, y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos!"

JESÚS ES DIOS

El pueblo del mundo ha buscado a Dios en todas las generaciones. (Hechos 17:27) Una razón que lo hacemos es que Dios ha puesto eternidad en el corazón de nosotros. (Eclesiastés 3:11) Aunque Dios no está lejos de todos nosotros, la mayoría de la gente no tiene idea de como es El. Los paganos, por ejemplo, dibujaron a Dios por medio de retratos e ídolos crudos. En su ignorancia, no conocieron a Dios. Aún los judíos no tuvieron un concepto claro de Dios. Por eso, crucificaron a Jesús. La ley tenía solo "una sombra" de los bienes venideros, no la imagen misma. (Hebreos 10:1) Dios es invariable y no cambia como las sombras. (Santiago 1:17) Nadie puede tener un concepto preciso de Dios, ni de algún otro, por medio de una sombra. Las sombras van cambiando, pero Dios nunca cambia.

Por eso, Dios se decidió a manifestarse a la humanidad en la persona de Jesucristo. Entender esto es esencial para el discipulado. No podemos entender precisamente o seguir a un Dios que no podemos ver. Jesús fue la imagen visible de Dios. El vino para dejarnos un ejemplo que deberíamos seguir en Sus pasos. (1 Pedro 2:21) Juan, el discipulo quien Jesús amó, explicó el milagro de la incarnación con estas palabras:

"A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer." (Juan 1:18)

La frase "dar a conocer" significa "manifestar". Jesús vino para dar a conocer a Dios o manifestarle. El es Dios manifestado en carne. (1 Timoteo 3:6) Jesús también es llamado el "Verbo" de Dios. (Juan 1:1) Una palabra es un medio de comunicación. Por eso, Jesús llegó a ser el medio por el cual Dios comunica Su naturaleza a Su pueblo. Jesús reveló y explicó cómo es Dios. En Jesús habita corporalmente toda la plentitud de la Deidad y ustedes están completos en El. (Colosenses 2:9-10) La esencia misma del cristianismo envuelve la realización que Dios se encarnó y habitó entre nosotros. Su nombre es "Emanuel," que quiere decir, "Dios con nosotros."

Este punto es tan importante que necesita ser demostrado más minuciosamente. Nadie puede seguir a Dios sin seguir a Jesús. Jesús dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Juan 14:6) Pablo dice por medio del Espíritu Santo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." (1 Timoteo 2:5) Note que todo que tiene que ver con la naturaleza de Dios, según la Biblia, también se atribuye a Jesús.

Considere:

 

Ambos son el gran "Yo soy". (Exodo 3:14; Juan 8:58)

Ambos son "el primero y el último". (Isaías 44:6; Apocalipsis 1:11)

Ambos son "el Señor de los señores". (Deuteronomio 10:17; Apocalipsis 17:14)

Ambos llenan los cielos y la tierra. (Jeremías 23:23,24; Efesios 1:20-23)

Ambos no cambian. (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8)

Ambos son Creadores. (Génesis 1:1; Colosenses 1:16)

Ambos son jueces. (Apocalipsis 20:12; 2 Corintios 5:10)

Ambos son dignos de adoración. (Mateo 4:10; Apocalipsis 5:12-14; etc.)

Verdaderamente, Jesús es "Dios manifestado en carne". (1 Timoteo 3:16)

Dios es fiel y misericordioso. Ha probado esto a nosotros en la persona de Jesucristo. Jesús fue tentado en todo, igual a nosotros, pero sin pecado. El es la personificación misma del amor. Rendirse a tal Dios es la última alegría. Tenemos un Dios quien ama a los niños. Tenemos un Dios quien tiene compasión por los enfermos. Tenemos un Dios quien quiere salvar a todos que vengan a El por fe. No obstante, debemos reiterarlo a Ud. una vez más que no se puede evitar o eludir una sumisión total. Jesús dijo:

"Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discipulo". (Lucas 14:33)

Nuestro compromiso con Cristo debe ser tan inclusivo y completo que sea semejante a tomar una cruz. Es crucificar el yo para que Cristo viva en nosotros. (Gálatas 2:20)

SÍGUEME

"¡Sígueme" fue el mandamiento principal que Jesús dio a Sus discípulos. Jesús consiguió Sus primeros discípulos en Betábara más allá del Jordán donde Juan bautizaba. Juan identificó a Jesús como "El Cordero de Dios", y dos de Sus discípulos lo oyeron hablar y "siguieron a Jesús". (Juan 1:37)

Juan 1:43 "Al día siguiente, Jesús quiso salir para Galilea y encontró a Felipe. Y Jesús le dijo: --Sígueme."

Mateo 4:18-22 "Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban echando una red en el mar, porque eran pescadores. Y les dijo: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Y de inmediato ellos dejaron sus redes y le siguieron. Y pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, arreglando sus redes. Los llamó, y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y le siguieron."

Mateo 9:9 Pasando de allí más adelante, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: "¡Sígueme!" Y él se levantó y le siguió.

Mateo 18:24 "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: --Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame."

Juan 10:27 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen."

Juan 12:26 "Si alguno me sirve, sígame;"

Etc.

En los Evangelios hay 77 referencias en cuanto al seguir a Jesús Solo una vez Jesús dijo seguir a algún otro. Esta única excepción se encuentra en Marcos 14:13. En este pasaje, Jesús hace los arreglos para la pascua. Note que El no les dio una dirección, ni un mapa; El les dio un guía que seguir.

Marcos 14:13-14 " El envió a dos de sus discípulos y les dijo: --Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Seguidle; y donde entre, decid al dueño de casa: "El Maestro dice: '¿Dónde está mi habitación donde he de comer la Pascua con mis discípulos?'"

Es mucho más fácil seguir a una persona que seguir instrucciones. Un hombre llevando un cántaro de agua sería fácil encontrar, porque normalmente esto fue considerado trabajo de mujeres. Una vez encontrado, sería fácil para los discípulos seguirle al lugar apropiado.

Había algo refrescante y sencillo en cuanto a las palabras de Jesús. El habló en ena manera distinta que la de los escribas. Cualquiera que quería pudiera seguirle.

FÁCIL Y DIFÍCIL A LA VEZ

Seguir a Jesús fue fácil y difícil a la vez. Fue fácil del punto de vista que la persona solamente tuvo que mantenerle a la vista. Fue difícil porque requería abnegación.

Para seguir a Jesús, los discípulos tuvieron que "abnegarse". Pedro, por ejemplo, fue un pescador. También tuvo una familia. Sin duda, tenía un pasatiempo, o algo que hacía para recrearse. Seguir a Jesús requirió que Pedro ponga la voluntad del Señor antes de su propia voluntad.

Una vez Pedro dijo:

Lucas 18:28-30 "Entonces Pedro dijo: --He aquí, nosotros hemos dejado lo nuestro y te hemos seguido. Y él les dijo: --De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios, que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en la edad venidera, la vida eterna."

Después de la resurrección, Pedro y los otros discípulos se fueron a pescar. Jesús les apareció en la orilla, y les instruyó dónde echar la red. Por Su indicación, ellos pescaron 153 peces grandes sin romper la red.

Fue en esta ocasión, delante de una brasa, que Jesús desafió a Pedro que Le confesara tres veces. (Un poco antes, también delante de una brasa, Pedro Le había negado tres veces.) Jesús dijo, "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? (Juan 21:16) ¿Que quería decir por "estos"? Algunos han sugerido que cuando Jesús habló estas palabras El señaló con Su mano. Cerca estaban los objetos de sentimiento mundano a los cuales Pedro anteriormente había dedicado su vida. ¿Amaba Pedro a Jesús más que su barco, su red y su profesión? Tres veces confesó que amaba a Jesús. Cada vez, al contestar, Jesús le amonestó a apacentar sus corderos. Entonces Jesús dijo a Pedro, "¡Sígueme!" Estas palabras toman un nuevo significado cuando se recurerda que vinieron del Cristo resuscitado quien pronto regresaría al cielo.

Pedro, igual a muchos de nosotros, quería saber que debería hacer algún otro. Se dirigió hacia Juan y dijo: "¿Y qué de éste?" Jesús le dijo: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿gué a ti? Sígueme tú." (Juan 21:22)

Es una tentación común que fijemos nuestra mirada en algún otro en vez de Jesús. No importa qué algún otro haga, o no haga, deberemos seguir a Jesús. Deberemos concentrarnos en lo que Jesús nos dirija a hacer.