LIDERES ESPIRITUALES

Jesús advirtió a Sus discipulos acerca de lideres falsos. El dijo:

Dejadlos. Son ciegos guías de ciegos. Pero si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo. (Mateo 15:14)

Es importante que la iglesia tenga lideres espirituales. Pablo y Bernabé, por ejemplo, reconocieron ancianos en cada iglesia. Estos hombres fueron cristianos maduros quienes dieran un ejemplo bueno para otros.

Y después de haber constituido ancianos para ellos en cada iglesia y de haber orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. (Hechos 14:23)

Más tarde, cuando Pablo se iba a Jerusalén, paró en Mileto y llamó a los ancianos de la iglesia en Éfeso. Cuando llegaron, Él les dijo:

Tened cuidado por vosotros mismos y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos, para pastorear la iglesia del Señor, la cual adquirió para sí mediante su propia sangre. (Hechos 20:28)

Estos ancianos también fueron conocidos como "obispos" o "pastores". También, ellos fueron instruidos a "alimentar" o "pastorear" a la iglesia de Dios, la cual Él había comprado con Su propia sangre.

Estos hombres tenían calificaciones espirituales altas. Considere estas instrucciones de Pablo y de Tito:

Por esta causa te dejé en Creta: para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras ancianos en cada ciudad, como te mandé. Sea el anciano irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes que no sean acusados como libertinos o rebeldes. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible como mayordomo de Dios; que no sea arrogante, ni de mal genio, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias deshonestas. Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo y dueño de sí mismo; que sepa retener la palabra fiel conforme a la doctrina, para que pueda exhortar con sana enseñanza y también refutar a los que se oponen. (Tito 1:5-9)

Pablo escribió instrucciones similares a Timoteo:

Fiel es esta palabra: Si alguien anhela el obispado, desea buena obra. Entonces es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar; no dado al vino; no violento, sino amable; no contencioso ni amante del dinero. Que gobierne bien su casa y tenga a sus hijos en sujeción con toda dignidad. Porque si alguien no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? Que no sea un recién convertido, para que no se llene de orgullo y caiga en la condenación del diablo. También debe tener buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en el reproche y la trampa del diablo. (1 Timoteo 3:1-7)

También, se dieron calificaciones similares para diáconos. La palabra "diácono" significa "siervo".

Asimismo, los diáconos deben ser dignos de respeto, sin doblez de lengua, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias deshonestas; que mantengan el misterio de la fe con limpia conciencia. Que éstos sean probados primero y que después sirvan como diáconos, si es que son hallados irreprensibles. Las mujeres, asimismo, deben ser dignas de respeto, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer; que gobiernen bien a sus hijos y sus propias casas. Porque los que sirven bien como diáconos ganan para sí buena reputación y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. (1 Timoteo 3:8-13)

MUJERES MAYORES DE EDAD Y VIUDAS

Pablo escribió a Tito que las mujeres mayores de edad debieran enseñar a las jujeres más jóvenes:

Pero habla tú lo que está de acuerdo con la sana doctrina; que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia. Asimismo, que las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas del mucho vino, maestras de lo bueno, de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes: a que amen a sus maridos y a sus hijos, a que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a sus propios maridos, para que la palabra de Dios no sea desacreditada. (Tito 2:1-5)

Pablo escribió estas instrucciones acerca de las viudas a Timoteo:

Pero habla tú lo que está de acuerdo con la sana doctrina; que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia. Asimismo, que las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas del mucho vino, maestras de lo bueno, de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes: a que amen a sus maridos y a sus hijos, a que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a sus propios maridos, para que la palabra de Dios no sea desacreditada. No reprendas con dureza al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; y a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza. Honra a las viudas que realmente sean viudas. Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan primero a ser piadosos con los de su propia casa y a recompensar a sus padres, porque esto es aceptable delante de Dios. Ahora bien, la que es realmente viuda, y que ha quedado sola, ha puesto su esperanza en Dios y persevera en súplica y oraciones de noche y de día; pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta. Manda también estas cosas para que sean irreprensibles. Si alguien no tiene cuidado de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. La viuda sea incluida en la lista después de haber cumplido por lo menos sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorrido a los afligidos y si se ha dedicado a toda buena obra. Pero no admitas a las viudas más jóvenes, porque cuando sus pasiones las apartan de Cristo, quieren casarse, estando bajo juicio por haber abandonado su primer compromiso. Y a la vez aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa. No sólo aprenden a ser ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no conviene. Por eso quiero que las más jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa y no den al adversario ninguna ocasión de reproche; porque ya algunas se han extraviado en pos de Satanás. Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, cuídelas. No sea carga para la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que realmente son viudas. (1 Timoteo 5:1-16)

SOMOS RESPONSABLES A NUESTROS LÍDERES ESPIRITUALES

Tenemos que recordarles a imitar su fe:

Acordaos de vuestros dirigentes que os hablaron la palabra de Dios. Considerando el éxito de su manera de vivir, imitad su fe. (Hebreos 13:7)

Tenemos que obedecerles:

Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y sin quejarse, pues esto no os sería provechoso. (Hebreos 13:17)

Tenemos que considerarles dignos de doble honor:

Los ancianos que dirigen bien sean tenidos por dignos de doble honor, especialmente los que trabajan arduamente en la palabra y en la enseñanza. Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Además: "El obrero es digno de su salario." No admitas acusación contra un anciano a no ser que haya dos o tres testigos. A los que continúan pecando, repréndelos delante de todos para que los otros tengan temor. (1 Timoteo 5:17-20)

Nuestros líderes son dignos de recibir un salario:

¿Quién presta jamás servicio de soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta el rebaño y no toma la leche del rebaño? ¿Será que digo estas cosas sólo como hombre? ¿No lo dice también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado sólo de los bueyes? ¿O lo dice enteramente para nosotros? Pues para nosotros está escrito. Porque el que ara ha de arar con esperanza; y el que trilla, con esperanza de participar del fruto. Si nosotros hemos sembrado cosas espirituales para vosotros, ¿será gran cosa si de vosotros cosechamos bienes materiales? (1 Corintios 9:7-11)