LA PERSECUCION

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución (II Timoteo 3:12).

Jesús no le prometió a sus discípulos una vida fácil y llena de comodidad. Los envió como ovejas en medio de lobos. Les advirtió que habría problemas en las sinagogas y de ciudad en ciudad. Predijo que algunos morirían a mano de gente engañada que pensarían que al matarlos estarían rindiendo servicio a Dios.

Es muy interesante la fuente de esta persecución. No provenía de publicanos y rameras descontentos o de corruptos poderes políticos como el de Herodes y el de Pilato. La fuente de tal persecución, al menos inicialmente, era de gente religiosa. Procedía de aquellos que profesaban ser aliados de Jehová y leales a las Escrituras. Venía de aquellos que leían la Biblia en las sinagogas y la escribían en los postes de sus casas. Ellos se memorizaron las palabras del Señor y las bordaban en los bordes de sus vestimentas. Diligentemente contaban cada letra de las inspiradas palabras para que no se les escapase una jota o una tilde de la ley de Dios. Fueron tan escrupulosos que no los entendemos en sus esmerados intentos por estudiar la Biblia y, aun así, paradójicamente sintieron una compulsión "religiosa" de crucificar al autor de ésta.

El contexto de II Timoteo 3:12 incluye las persecuciones que Pablo enfrentó en Antioquía, Iconio y Listra. Esta provino de judíos fanáticos que pensaban que estaban sirviendo a Jehová. Fueron los mismos que persiguieron a Jesús...y que perseguirían también a Timoteo. Esta es también la misma mentalidad que perseguirá a todos los que se atrevan a imitar el estilo de vida del humilde Carpintero que fraternizó con la "clase de gente equivocada".

Una oveja no tiene que ser pendenciera o buscapleitos para que sea atacada por lobos rapaces. Es naturaleza de los lobos atacar a una oveja sin importar el comportamiento de ésta. Jesucristo es el cordero de Dios. Es eternamente misericordioso y comprensivo. Es la personificación del amor. El es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. El no tuvo que cambiar su naturaleza para que fuese perseguido. En realidad, entre más misericordioso se mostró, más resueltos estuvieron sus enemigos a destruirlo.

Dios amaba no sólo a los judíos, sino a todo el mundo. Cuando Jesús mencionó el cuidado que Dios tuvo de los gentiles, sus vecinos de Nazaret intentaron despeñarlo (Lucas 4:23-29).

Para Dios siempre ha significado más la gente que cualquier norma o ley. El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Cuando Jesús sanó en día de reposo a un paralítico, que tenía treinta y ocho años de estar enfermo, más procuraban los judíos matarlo (Juan 5:16). En Galilea, Jesús sanó en día de reposo a un hombre que tenía seca una mano y los fariseos tuvieron consejo contra él para destruirle (Mateo 12:9-14).

Insisto que fueron religiosos los que tramaron la muerte del Hijo de Dios. Su gran oposición contra Jesús estuvo directamente relacionada con su pervertido planteamiento de la Biblia. Quienquiera que estudia la Biblia sin tomar en cuenta propiamente el amor puede cometer las mismas inconsistencias y errores atroces. Pilato no encontró falta en Jesús. Pero los judíos gritaban: "Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir" (Juan 19:7).

Nuevamente, enfatizamos que la persecución muy a menudo, proviene de gente muy religiosa que creen estar haciéndole un favor a Dios. Cuando usted se atreve a ser como Jesús, se expone al peligro. Cuando se compromete a imitar su amor hacia todos sin importarle raza, color o denominación, se convierte en candidato seguro para la "guillotina". No se sorprenda si la gente que dispara el arma o maneja la espada trae consigo un "Nuevo Testamento", o una Biblia o una bolsa llena de folletos "bíblicos" u objetos religiosos. Su antagonismo hacia usted pueda que no sea algo personal, sino un acto de devoción religiosa. Tal vez no quieran, pero sienten que tienen que hacerlo. Jesús dijo: "...cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios" (Juan 16:2).

Supongo que hay peligros implícitos en la siguiente afirmación, "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución". En algunos puede representar un "conjunto de persecuciones". Podría ser que en nuestro comportamiento acusemos y ofendamos a otros. Podría conducirnos a un estilo de vida diametralmente opuesto a la naturaleza del espíritu cristiano. Pero está en la Biblia y por ello debe tomarse en cuenta.

El sermón del monte.

El "sermón del monte" debe estudiarse en el contexto del legalismo judío. Jesús no vino para abrogar la ley, sino para cumplirla. Propuso un estilo de vida que trascendería todo legalismo. Los conceptos legalistas están preñados de controversia, pero contra el amor no existe argumento alguno. El amor es la doctrina principal en toda la Biblia, y en especial, del sermón del monte. Es la esencia misma de todo lo que Dios demanda de nosotros. La doctrina bíblica del amor no es una filosofía rebajada y débil que no impacte nuestras vidas, sino el concepto más revolucionario en todo el mundo. Aquellos que se atreven a imitar el amor que Jesús mostró, se encontrarán esclavizados a las víctimas de la pobreza y de la discriminación y orarán fervorosamente por los que los escupen y los clavan.

Sin embargo, note que el estilo de vida del amor y la misericordia está rodeado de persecución. Por ejemplo, consideremos las bienaventuranzas. Parece haber un progreso lógico desde la conversión hasta la madurez cristiana donde somos perseguidos por causa de la justicia.

Las bienaventuranzas empiezan con los "pobres en espíritu" que se "lamentan" de no ser justos. Progresan hasta llegar a ser "mansos", lo cual significa que pueden ser enseñados, ya que tienen "hambre y sed" de justicia. Luego, desarrollan la "misericordia" y un "corazón limpio". Por último, luchan por ser "pacificadores" para unificar a la gente dividida y divergente. Esta es la proverbial paja que quiebra el lomo del camello. Los judíos pudieron haber tolerado a Jesús y a sus discípulos, si tan sólo hubiesen tenido trato con la gente que se consideraba la "clase correcta". A este respecto, Hechos 22:21-22 nos provee un interesante caso. Los judíos permitieron que Pablo hablase hasta mencionar a los gentiles. Las Escrituras registran: Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva (Hechos 22:22).

Por ello, Jesús prosiguió refiriéndose a los "pacificadores" con un recordatorio firme en cuanto a la persecución:

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros (Mateo 5:9-12).

Al mismo tiempo que meditamos en el sermón del monte, recuerde también la "regla de oro" y los versículos que le siguen.

Estoy convencido que la "regla de oro" en Mateo 7:12 es la "puerta estrecha" y el "camino angosto" de Mateo 7:13-14. El amor es más estrecho y menos exigente que el legalismo. Pero observe, los versículos siguientes nos advierten de hombres que vienen vestidos de ovejas pero que por naturaleza son lobos rapaces. Los lobos feroces no tienen misericordia y tampoco los escribas y los fariseos la tenían. Sus fuertes convicciones "religiosas" parecían impedirles que mostrasen misericordia. La misericordia y la compasión eran "debilidades" que debían evitarse, en vez de virtudes que debían incorporarse a sus vidas. Diezmaban la menta, el eneldo y el comino, pero dejaban lo más "importante" de la ley (Mateo 23:23).

Es muy lamentable que la misericordia no sea una doctrina fundamental de los cristianos "evangélicos".

El ejemplo de Pablo.

Es probable que nadie haya tenido un mejor discernimiento en cuanto a la persecución que Pablo. Sabía muy bien qué era ser perseguidor y ser perseguido.

Fue su celo por las cosas de Dios lo que lo condujo a perseguir a los cristianos y obligarlos a blasfemar. A los irreligiosos e indiferentes no les importaba, pero Saulo de Tarso era super concienzudo. Es por ello que al dirigirse a Damasco, tenía autoridad de los principales sacerdotes para echar a la cárcel y perseguir a los seguidores de Jesús.

Su dramática conversión le acarreó persecución. En Damasco, tuvo que escapar de sus enemigos siendo descolgado en una canasta por el muro de la ciudad (II Corintios 11:33). Esto apenas era el principio de sus pesares. Fue perseguido casi en todas las ciudades donde predicó a Jesús. Su persecución dimanó de los que tuvieron un planteamiento legalista de la religión. Cuán perfectamente bien entendía Pablo los puntos de vista de ellos.

Hubiese sido fácil para Pablo evitar cualquier contacto con estos que lo perseguían de ciudad en ciudad. Uno hasta podría esperar que él hubiese aborrecido las sinagogas donde fue golpeado en inumerables ocasiones. Habría sido natural que él se hubiese quedado con los gentiles que lo amaban y evitar así a los legalistas judíos, responsables de muchas de sus torturas y tormento. Muy por el contrario, continuó amando a los judíos y orando por sus perseguidores (Romanos 9:1-5). Creyó firmemente que el evangelio debía predicarse "al judío primeramente" (Romanos 1:16), por lo que siempre fueron las sinagogas los lugares que él buscó para predicar en primer lugar. En una ocasión en que los judíos conspiraban para matarle (Hechos 20:3), escribió a los romanos: Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne (Romanos 9:1-3).

Aliento a Timoteo.

De I Corintios 16:10 y otros pasajes, muchos han sugerido que Timoteo tal vez tenía problemas respecto a sentimientos de inferioridad y de temor. Sea como sea, cuando Pablo ya se acercaba a su fin, le escribió una emotiva carta en la que en cada capítulo hace referencia al sufrimiento. Con esta perspectiva en mente, lea nuevamente la segunda carta a Timoteo.

Capítulo uno -Pablo, preso, esperaba su muerte, pero su fe permanece inmutable. Estaba seguro en quién había creído y de la recompensa que recibiría a su debido tiempo. Por lo tanto, anima a Timoteo a que avive el fuego del don de Dios y que recuerde que Dios no da espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Así que, Timoteo debía ser intrépido y no avergonzarse de Pablo, y también debía participar de las aflicciones del evangelio. Se mencionan otros sufrimientos de Pablo y se amonesta a Timoteo a mantener la sana doctrina en fe y amor.

Capítulo dos -Timoteo debía sufrir penalidades como buen soldado, recordando que Jesús, aunque fue crucificado, resucitó por el poder de Dios. Se hacen otras referencias sobre el sufrimiento de Pablo que "todo lo soportaba por amor de los escogidos" y le recuerda a Timoteo que "si somos muertos con él, también viviremos con él..."

Capítulo tres -Timoteo fue de los alrededores de Derbe y Listra y sin duda que fue testigo de los padecimientos de Pablo en tales ciudades. Timoteo sabía qué era presenciar que los líderes de las sinagogas apedreasen a un predicador y lo arrastrasen fuera de la ciudad con su cuerpo sangrante y lo diesen ya por muerto (Hechos 14:1-22). Pablo escribe:

Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados (II Timoteo 3:10-13).

Capítulo cuatro -Por favor recuerde, todo lo que Timoteo tenía que hacer para ser odiado por la gente era actuar como Pablo. También recuerde que Pablo sólo procuraba ser como Jesús. Tanto Jesús como Pablo hicieron bienes y recibieron gran oposición de los que no tuvieron la capacidad de ver el énfasis del amor en las Escrituras. Debido a que Timoteo fue comisionado para "predicar la palabra", también se le advirtió a que "instase a tiempo y fuera de tiempo" y que "soportase las aflicciones". Pablo ya está a punto de morir, pero está seguro de su recompensa. Se le advierte a Timoteo tener cuidado de Alejandro que le causó muchos problemas a Pablo y se opuso a sus palabras. Le recuerda también que cuando compareció en su primera defensa, todos lo abandonaron. No obstante, Jesús estuvo a su lado para que los gentiles pudiesen oir el mensaje de salvación.

Todo aquel que crea que el evangelio es para todos y practique tal doctrina, es gran candidato para la persecución religiosa como les sucedió a Jesús y a Pablo.

La persecución en la actualidad.

Existe un viejo chiste de alguien que dijo: "si alguna vez me llegasen a implantar otro cerebro u otro corazón, me gustaría que el donante fuese un fanático". "¿Por qué?", se le preguntó. El respondió: "Bueno, así, tendría yo un cerebro jamás usado y un corazón que nunca ha sufrido".

Cristo fue crucificado por los religiosos con prejuicios legalistas de su tiempo, y no dudo que sus descendientes podrían volver a crucificarlo, exponiéndolo a vituperio otra vez. Usted podrá identificar a tales hombres por sus frutos. No se recogen uvas de los espinos ni higos de los abrojos. El fruto del Espíritu Santo es amor...y aquellos que estén llenos de amor resaltarán como luminares en la oscuridad. Al igual que una ciudad asentada sobre un monte, no podrán esconderse. Aquellos que no tienen al Espíritu pueden decir que protegen la luz, pero todo el esfuerzo que hagan sólo producirá tinieblas.

Los que participaron en la crucifixión fueron hombres muy inteligentes y talentosos pues eran líderes de su nación. Sin embargo, a pesar de su perspicacia e inteligencia, crucificaron al Hijo de Dios por ignorancia (Hechos 3:17). Pablo era igual a ellos. Todo lo hacía en forma excelente, y así fue como persiguió a los cristianos. A pesar de su crueldad, su conciencia no lo acusaba. El hecho de que Dios haya podido salvar a un legalista como él, es prueba clarísima que también puede salvar a cualquiera:

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna (I Timoteo 1:15-16).

Desafío a ser ovejas.

La violencia tiende a generar más violencia. La fuerza parece desatar una reacción de igual magnitud contraria a ella misma. Las ovejas son animales pacíficos que casi dependen en forma total de su pastor para sobrevivir. Debemos ser pueblo de Dios y ovejas de su prado. El Señor es nuestro pastor. Es nuestro escudo y defensor. La venganza le pertenece a él, pues él es quien dará el pago. No tenemos permiso de castigar a los malos, pues Dios es el juez supremo y el ejecutor de la justicia divina. El es totalmente capaz de librar de la tentación a los fieles y de preservar a los injustos para el día de la ira y del juicio de Dios. Pero no olvidemos que estamos puestos para tribulación (I Tesalonicenses 3:3). En nada deben aterrarnos nuestros adversarios. Nuestra tranquilidad en la persecución estará en nuestro continuo recordar sobre nuestra relación con Jesús. Servirá como señal de perdición a nuestros enemigos, y también será el aguijón contra el cual les será muy difícil patear.

Cuando Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén, se bamboleaba en un burrito que jamás lo habían montado. Jesús se denotaba totalmente indefenso. Sin embargo, por extraño que parezca, este espíritu manso y humilde es el secreto de nuestra victoria. Nuestra estrategia es el amor...y así todos podrán ver que somos sus discípulos.

Preguntas para reflexionar-Lección doce.

1. ¿Por qué persiguieron a Jesús y a sus apóstoles los judíos del primer siglo?

2. ¿Qué es más importante, el diezmo o la misericordia?

3. ¿Hizo uso Jesús de la fuerza para obligar a los hombres a que lo siguiesen?

4. ¿Es el "sermón del monte" una nueva ley?

5. ¿Debe un padre "poner la otra mejilla" cuando lo golpee su propio hijo?

6. ¿Es malo que los policías porten armas y que actúen con violencia?

7. ¿Cuáles son algunos obstáculos que impedirían la unidad cristiana hoy día?

8. ¿Por qué no odió Pablo a los judíos que lo perseguían?

9. ¿Conoce usted a alguien que esté siendo perseguido por la causa de Cristo?

10. Compare el cristianismo con el comunismo. ¿Cuál de los dos triunfará?

Lección trece